Tierra Mojada [Valero en Zaragoza]

«…Jamás había visto unos techos tan altos, se maravilló de sus pinturas. En realidad, lo que le intrigaba era saber cómo alcanzaron a subir hasta allí y qué tipo de andamiajes eran los necesarios para salvar semejante altura. En el cartel estaba escrito que el pintor fue uno llamado Goya. Alguna vez se lo había oído al maestro.

La visión imponente de la Basílica del Pilar dominando la plaza le había impresionado, pero no fue hasta que estuvo en su interior cuando se apoderó de él una sensación de sobrecogimiento. Zaragoza conseguía que se sintiera pequeño, insignificante, pero aquella construcción logró que el sentimiento de sumisión con el que miraba la ciudad no fuera nada. La Basílica hacía de él algo todavía más ínfimo. Ella misma, Zaragoza, parecía caber dentro del templo, porque si alguien había intentado demostrar la existencia de Dios a través de aquellas cúpulas, columnas y retablos, casi lo había conseguido.»

Extracto de la novela «Tierra Mojada».
De venta en todas librerías.

Un comentario

  1. Ha sido una maravillosa sorpresa descubir en Manuel Júlvez un escritor capaz de transmitir de una forma tan fácil y elegante lo que descubrimos en Tierra mojada.

    Sin duda me recuerda la forma de despertar en el lector la necesidad de ver que ocurre en la siguiente página que tienen los textos Ken Follett, pero con una diferencia importante, Follett cuenta con una auténtica cohorte de colabodadores de la que, a buen seguro, no disfruta Júlvez.

    Solo me queda por decir que espero con ansia tu siguiente libro.

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